Juan Bautista y Brú pintor y disecador de dicho Real Gabinete
Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón 1852-Madrid 1934) ha sido sin lugar a dudas el mayor prestigio científico de España. Fue director de Museos Anatómicos de la Universidad de Zaragoza (1879) y más tarde catedrático de Anatomía de la de Valencia (1883), donde destacó en la lucha contra la epidemia de cólera que azotó la ciudad en 1885. Ocupó las cátedras de Histología en la Universidad de Barcelona (1887) y de Histología y Anatomía Patológica en la de Madrid (1892). Su fama mundial, acrecentada a partir de su asistencia a un congreso en Berlín, se vio refrendada con la concesión, en 1906, del Premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus descubrimientos acerca de la estructura del sistema nervioso y el papel de la neurona. Sus hallazgos son la piedra angular de las ciencias neurológicas. La histología se divide en un antes y un después de Cajal. Hoy continúa siendo uno de los autores más citados en las revistas médicas existentes. Cajal es mucho más que un sabio histólogo: fue, ante todo, hombre de ciencia y, junto a Claude Bernard, el más grande que haya dado la medicina; ambos, sumados a Galileo, Newton, Darwin, Pasteur y Einstein, posiblemente ...
Eugenio Izquierdo gozó de la confianza de importantes personajes de la política de su tiempo y llegó a destacar en la España de Carlos IV. Pensionado de joven para estudiar en París, la formación allí adquirida, unida a sus dotes diplomáticas le valdrán el nombramiento de director del Real Gabinete de Historia Natural, cargo que no llegaría a ejercer dado su intensa actividad política como consejero real al frente de numerosas misiones diplomáticas en Francia en relación a Godoy y que le valdrían los cargos de Representante Oficial ante Napoleón y Consejero Honorario de Estado y de Guerra. El desenlace de los acontecimientos de 1808 le llevarán a acompañar como secretario a Carlos IV en su exilio en Francia.
El 4 de marzo de 2018 el Ayuntamiento de Barcelona retiró de su pedestal la réplica de una estatua que se había levantado originalmente en 1884 para honrar la figura de Antonio López y López. Esta decisión estuvo marcada por la polémica. Para los que aplaudieron la iniciativa municipal, López era un negrero y la ciudad no debía honrar su memoria en un espacio público. Quienes se opusieron a la resolución consideraban que no sólo no estaba claro que López se hubiera dedicado al comercio de esclavos, sino que se trataba, por encima de todo, de un empresario excepcional y un destacado mecenas, cuya figura merecía ser recordada. ¿Quién fue Antonio López? ¿Por qué, más de un siglo después de su muerte, este personaje genera tanta controversia? ¿Estuvo realmente implicado en el tráfico de esclavos durante sus años de estancia en Cuba? ¿Qué negocios fueron decisivos para que amasara una enorme fortuna y cómo articuló el mayor holding empresarial de la economía española a finales del siglo xix? Esta extraordinaria biografía da respuesta a preguntas como éstas a través del relato más completo en torno a la vida del primer marqués de Comillas. Un libro que ...
"The author, himself a Mason, takes to task the Cubans who have written about the history of Freemasonry on the island, criticizing them for their lack of scholarship and for being merely 'pseudohistorians.' Author is right in most cases"--Handbook of Latin American Studies, v. 58.
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