La batalla de Waterlooo (1815) convirtió en dos de las mayores figuras históricas de todos los tiempos a Wellington y Napoleón, dos hombres, curiosamente, nacidos en el mismo año (1769) y cuyas trayectorias, surgiendo de ambientes tan dispares, guardan interesantes paralelismos. El joven Arthur Wesley procedía de la pequeña aristocracia irlandesa, mientras que Bonaparte de una familia corsa poco afortunada y sospechosa de mantener contactos con los independentistas corsos. Esta primera entrega se centra en las experiencias de aprendizaje, en las novatadas a que son sometidos ambos personajes, lo que va formando su carácter, y presenta ya los intentos de Wellington de conquistar a Kitty Pakenham, así como el cortejo de Napoleón a la bella y coqueta Josefina. Y todo ello sobre el fondo de los movimientos revolucionarios en Francia, recreados con trazo firme y colorido. Con un extraordinario sentido del ritmo, un talento natural para la recreación de ambientes y una penetrante agudeza en el retrato psicológico de los personajes (de los que ya dio muestras en su serie sobre Cato), Simon Scarrow relata los primeros pasos las trayectorias de estas vidas cruzadas y narra los...
Este libro analiza la polémica acerca del papel de la mujer en la sociedad española desde la Revolución de 1868 hasta nuestros días. Aunque esta polémica siguió en España casi la misma pauta que en otros países, su despegue fue mucho más lento y produjo muchas menos reformas importantes. Es bastante significativo el hecho de que no se pusiese en tela de juicio el ideal tradicional sobre la mujer hasta después de la Revolución de 1868, produciéndose entonces los primeros intentos para mejorar su posición; y también el hecho de que hasta el final de la segunda década del siglo XX no empezaran a organizarse las mujeres en grupos feministas con programas de reforma coherentes, movimiento feminista que chocó con la indiferencia de socialistas y anarquistas, que lo calificaban de burgués, y con los intentos de la Iglesia y las fuerzas conservadoras de acapararlo y subordinarlo a sus propios intereses. La igualdad teórica concedida a la mujer por la II República no reflejó una realidad social, y fue solamente durante la guerra civil cuando hubo un intento serio en la zona republicana para extirpar actitudes tradicionales hacia la mujer, al ser estas actitudes un...
En 1720 la peste, que prácticamente había desaparecido de Europa después del gran brote de 1665, volvía inopinadamente a declararse en Marsella. En Londres muchos recordaban esa tragedia de su niñez; en cada casa se contaban terribles historias sucedidas a parientes y amigos. Las noticias que llegaban de Marsella traían ahora de nuevo el pánico y la inseguridad. Daniel Defoe, que se ganaba la vida como periodista, aunque había publicado ya dos novelas en torno —precisamente— a un personaje sometido a la angustia de una situación límite (Robinson Crusoe y Moll Flanders), había sido uno de esos niños que en 1665 sobrevivieron a la epidemia. Su preocupación por la actualidad y lo que podría ocurrir en caso de que sobreviniera otro «azote» le llevó en 1722 a escribir el Diario del año de la peste, bajo la forma de las memorias de un superviviente de la catástrofe. Aquí el personaje no es, sin embargo, un individuo, sino toda una ciudad, y al recrear sus padecimientos con tanta viveza y realismo —sirviéndose de estadísticas y tratados de medicina tanto como de patéticos episodios personales— Defoe consiguió algo insólito: como apunta Anthony Burgess en...
"Adquisiciones de la Academía" in most volumes.
Contains monographs varying in length, preceded, in v. 1,4- by "Noticia histórica de la academia."
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