"La primera vez que leí un cuento suyo lo hice por curiosidad y no pude dejarlo hasta el final. El suspenso te engancha desde el principio en sus relatos. Hace tiempo que no leía cuentos tan bien narrados por un escritor chileno." Roberto Bolaño
The lives of youth, the ones that suffered the First World War and the postwar period, has been rarely recounted with such depth, elegance, and accuracy. This book is about the life of the paper mill owner's daughter who was struggling to emancipate herself with those of the young student from Oxford and with the suffering that she finds at the forefront during the war. Her passion for study and literature seems frivolous and she dreams of a better time in which she could be naïve.
Este no es un tratado más de consejos aburridos. Es mucho más que eso: Es el mensaje que todos los jóvenes necesitan escuchar ahora y que muy pocos escritores se atreverían a presentarlo así, con franqueza, con sencillez y más que nada con sinceridad, en esta época de frivolidad y vacío existencial. Si los jóvenes comienzan a leer este libro ahora, estoy seguro que no podrán dejar de seguir leyéndolo hasta el final y comprenderán con facilidad lo que trato de comunicarles acerca de las grandes verdades de la vida y del ser, de esas verdades eternas e inmutables no de las «verdades» que preconizan los modernos «formadores» de juventudes. Entonces y sólo entonces su vida, la de los jóvenes, será lo que Dios quiere que sea: algo maravilloso. ¿Y por qué no decirlo? Algo eterno… Ahora, como nunca antes, es imperiosamente urgente que este mensaje llegue a TODA NUESTRA JUVENTUD. Haga usted su parte, ya sea como padre, como madre, como maestro o maestra, como familiar, como amigo o amiga para que este mensaje llegue a las manos de un joven o una jovencita. Será lo más positivo y saludable que pueda hacer en estos tiempos difíciles y de tanta confusión, y el...
Nuevo tomo de la Biblia de los Caídos. Leer después del tomo 2 del testamento de Sombra.
En este largo itinerario por la historia de la teología, el Prof. Dr. F. Javier Pueyo nos muestra que en la Tradición teológica existe una unanimidad moral entre los Santos Padres y teólogos en afirmar que, tras la derrota del Anticristo ocasionada por la Segunda Venida del Señor, la humanidad gozará de un tiempo de plenitud del Reino sobre la tierra que sirve de transición y de preparación a la plenitud celestial y a ella se ordena. No se trata de una plenitud de bienes humanos, sino una época ordenada a manifestar ya en la historia el triunfo de Dios y de su Reino eterno. Esta plenitud consiste, esencialmente, en que la Iglesia verá realizada plenamente su vocación de catolicidad y abrazará en su seno moralmente a toda la humanidad, incluido el pueblo de Israel, cuya conversión será causa de riqueza espiritual para toda la humanidad.
Sin duda alguna, entre todas las comunidades fundadas por Pablo, los lipen- ses fueron los depositarios de la carta con mayores muestras de afecto y conside- ración por parte del Apóstol1. Pese a que su trama textual revela que él se encuen- tra sufriendo “cadenas” (Flp 1,7.13.14.17)2, nunca deja de manifestar – como un leit motiv –gozo y alegría (Flp. 1,4.18.25; 2,2.17.18.28.29; 3,1; 4,1.4.10). Pablo, no obstante, esté sometido a un proceso judicial que lo puede llevar al martirio (Flp 1,19-23), confía salir airoso pues anuncia una nueva visita a Filipos (Flp 1,25-26). Los lipenses habiendo sido informados con anterioridad de este encar- celamiento, y naturalmente preocupados por el estado de Pablo, enviaron recur- sos económicos para ir en su auxilio. Para tal propósito designaron a un miembro de la comunidad de nombre Epafrodito. Pablo recibió a este emisario y la ayuda nanciera con beneplácito y gratitud, manifestando que no era la primera vez que los generosos lipenses lo habían socorrido en sus necesidades económicas (Flp 4,15-16). Como si fuera poco, Epafrodito en cumplimiento de su misión asistencial fue aquejado por una grave enfermedad,...
Las actitudes sociales e históricas entre Papas. obispos, religiosos y clero alto y bajo no han sido neutrales nunca, tanto desde el flanco seglar, como del lado eclesiástico. Está bastante estudiado el anticlericalismo literario o político de los laicos, pero no existía un trabajo, como éste, que se centrara en lo que podríamos denominar “anticlericalismo clerical”. Y es curioso, porque podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que aquellos, los seglares, aun los más furibundos, no inventaron nada que antes no se hubieran lanzado contra sí mismos los ordenados in sacris. En efecto, aquí podremos comprobar que las gentes de púlpito y altar fueron auténticos “doctores cum laude” en eso de inventar sátiras, insultos, infundios, descaros, libelos y trampas contra los de su propia casa. Lo resumimos en unos pocos apartados en los que recogemos suficiente material subversivo y frailesco de todos contra todos, con especial referencia a la Compañía de Jesús, contra los canónigos, los obispos y los Papas. Nadie se asuste: “Son hombres y no lo harán otra vez, y alcen el dedo” (Quevedo dixit).
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