
Jerónimo, el falsificador eclesiástico de la Biblia
Número de Páginas: 52Las instituciones denominadas Iglesias quieren convencer a los fieles de que la Biblia es la palabra absoluta de Dios. Pero no es así. Los escritos fueron falsificados desde el principio. Con intención o inconscientemente. Por ignorancia o por descuido. Cuando Jerónimo recibió alrededor del año 370 la tarea del Papa Dámaso I de traducir al latín todos los textos de los evangelios existentes y de ordenarlos en una gran obra (la Biblia), sufrió una gran desesperación: ni siquiera dos textos tenían una semejanza en todo su contenido. Todos se diferenciaban. Acabado el encargo y lleno de remordimientos, legó a la humanidad estas palabras: "¿No habrá por lo menos uno... que a mí, en cuanto tome este volumen (La Biblia) en la mano..., no me califique a gritos de falsificador y sacrílego religioso, porque tuve la osadía de agregar, modificar o corregir algunas cosas en los viejos libros...?"

















